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lunes, 14 de abril de 2008

Lina Quesada, en Nanche Bazaar

Namche Bazaar, 12 de abril de 2008
Hola amigos/as

Acabo de llegar a Namche Bazaar, hace frío, aquí ya estamos en la montaña, rodeados de bosques, con una constante neblina en las cumbres y casi siempre lloviznando. La última vez que vine aquí en abril de 2006 nos nevó, ya estamos a 3.500 m. y aquí el clima es de alta, alta montaña.




El pasado dia 11, salimos a las 4.30 de la madrugada del hotel, fuimos al aeropuerto para tomar un vuelo a Lukla, población situada a 2.500 m. a la que se desplazan todos aquellos que van a una expedición o un trekking por los valles del Khumbu, de Gokyo y algún que otro mas.

Había unas colas terribles en el aeropuerto y os podéis imaginar la cantidad de equipaje que va dentro de esas avionetas, no se como hacen para que se levanten de la pista. Una vez finalizado el excitante viaje entre valles y supermontañas, tuvimos que esperar a que fuera llegando nuestro equipaje en sucesivos vuelos, el sherpa lo fue dividiendo entre porteadores que estaban ya alli a la espera de ese ansiado trabajo, portear para expediciones... y ya con todo controlado y reunido, comenzamos el trekking a Phakding. Yo estaba malísima, supongo que por el vuelo o por la cena de la noche anterior, lo cierto es que no pude comer nada en todo el día y en cuanto llegue al lodge me acosté, dormí 14 horas seguidas...

Una vez descansada, esta mañana ya tenía hambre y buen color, ya hemos hecho unas dos horas de camino hasta Modjo, donde almorzamos y nos encontramos con los otros andaluces que van al Makalu y despues del almuerzo en 3 horas hemos llegado a Namche Bazaar. Es una población preciosa. Antes de llegar ya te reciben las banderas de oración, una stupa con molinos de oración y las casas todas blancas a lo lejos.... me recuerdan a los pueblos blancos de Cadiz, Ubrique, Arcos, Grazalema… Son poblaciones situadas en un medio duro, con un clima duro y que si no fuera por este deporte del alpinismo y la cada vez mas creciente afición al trekking, pues probablemente nadie conocería.

Nos recibe gente amable, en el lodge se desviven por darte un té caliente cuando llegas. También hay que decir que han proliferado las tiendas de ropa de montaña de todo tipo, todo tipo de imitaciones posibles, yo creo que hasta las fabrican con mejor gusto que las marcas originales, ya que ves unas combinaciones de colores y diseños innovadoras....

Durante el dia de ayer y de hoy, he observado cuanto mérito tiene alguna gente. El Everest es como la Meca en algunas religiones, como El Rocío en otras o el Camino de Santiago. Como un ideal o un sueño perseguido por mucha gente... He visto a gente de todas las edades, de todos los países, de todo tipo de forma física, sufriendo y pasándolo mal por estos caminos pedregosos, con la sola ilusión de llegar lo más cerca posible del campo base del Everest. Ayer observaba como un grupo de japoneses, casi ancianos, íban sufriendo, y puede que ni lleguen al campo base, probablemente con llegar a un Lodge cuyo mirador este cerca o se vea bien a través de los objetivos de sus cámaras, se conformen. Otro grupo de chicas jóvenes, pero sin ninguna forma física, estrenando unas botas increíblemente grandes y pesadas, se disponían a lo mismo, a sufrir, supongo que a curarse ampollas durante algunos días. Ves a otra gente con vaqueros, con zapatillas de playa, en fin, supongo que tras el primer dia de sufrimiento, están aun a tiempo de llegar a Namche y equiparse mejor e incluso aclimatarse mejor.

Ya que para mí esto es como estar en la cumbre del Mulhacen, tantas veces subidas, pero para los que vienen de países o regiones planas y no tienen experiencia, hoy ya se encuentran mal. Ya pueden comenzar a tomarse el trekking con calma y hacer muchas paradas, porque el mal de altura no perdona y menos para los que no están en mucha forma física.

De todas formas, reitero mi admiración por toda esta gente así como el mérito que tienen, ya que es un buen y gran comienzo para toda persona a la que le guste la naturaleza y la montaña, venir aquí a Nepal, cualquier trekking hace que olvides la estresante vida urbana. Aquí estas incomunicado, no suena el móvil, no hay ruidos de coches ni de nada, no hay humos ni contaminación. Es un lugar perfecto para un retiro antiestrés.

El medio obliga a que todo el que quiera ver el Himalaya, contemplar estas aldeas y todos estos lugares y ríos, no tiene mas remedio que calzarse unas zapatillas cómodas, coger unos bastones y mochila y ponerse a andar, es algo tan simple, básico y a la vez puro, como la misma naturaleza. Es el origen en sí del hombre, estas poblaciones han evolucionado sin el coche, sin la energía eléctrica, sin muchas de las cosas que son indispensables en nuestra vida actual. Sus vidas cotidianas se rigen por la luz del sol, a las 4.00 de la mañana comienza la luz y comienza la vida, a partir de las 18,00 de la tarde, se puede ver a las familias riendo y hablando en penumbra con una vela o un candil, antes de ir a dormir.

En esta población sí hay leña, ya que estamos rodeados de bosques, pero afortunadamente son muy conservadores y siguen usando excrementos de yaks y piñas, para no talar demasiados árboles. El invierno aquí debe ser extremadamente duro, 3.500 m. en las faldas del Himalaya, no es ninguna tontería, así todos los niños tienen las mejillas quemadas, del viento gélido que soportan. Es otra vida, otro concepto de felicidad y otra medida del tiempo. Lo único que verdaderamente me apena es ver como los porteadores van tan cargados y sufren tanto por nuestra culpa, es cierto que se ganan un sueldo, pero me da pena, de hecho yo hablé con la agencia para que usáramos yaks y no porteadores, porque me siento muy mal viendo como generamos una situación de servilismo y esclavitud tal usando a seres humanos de esta forma. Ya cada vez ganan más y cada vez van menos cargados, pero aun así, hay que intentar que su figura desaparezca o mejore muchísimo más.

Si mañana seguimos aquí, subiré a otra población que se encuentra a 4.000 m. así aclimato y de camino ya podré ver desde allí el Everest, esperemos que haga buen tiempo y mañana no llueva ni nieve.

Hasta entonces pues y espero poder mandaros buenas fotos.

Un fuerte abrazo
Lina.



Katmandú 10 de abril de 2008

Hola amigos/as

Hoy ha sido un dia de preparativos, un dia de motivación, ya que mañana empiezo el trekking.

Hoy ha sido un dia de cambios, probablemente para este país, a lo mejor después de las elecciones que ha habido hoy, el destino de este país mejora, su organización, su sistema. Esperemos que el resultado electoral les depare un cambio a mejor.

En cuanto a mis cambios, todo ha sido meter cosas en los bidones y petates, pesar y volver a cambiarlas.... toda la mañana preparando las cargas para comenzar mañana el trekking. Se supone que con suerte, si hace buen tiempo y se vuela, en cuanto aterricemos en Lukla (2.500m.) ya las cargas de 25 kgs. aproximadamente se distribuyen en yaks y las cosas delicadas como algunos alimentos los llevarán porteadores.

En el trekking iré con dos chicos catalanes, van también al Everest por la cara sur, hoy hemos estado hablando como no, de la situación en la montaña y de la estrategia que cada uno suele seguir para aclimatar, tipos de entrenamientos, alimentación, en fin, ha sido estupendo compartir esas ideas con ellos.

Por la tarde, a prisa y corriendo he ido a visitar el templo de Suyambunath, todo el camino a pie, ya que hoy no había ni taxis, ni nada y además me conviene empezar ya a moverme… de modo que una vez allí he esperado al momento del atardecer para coger buena luz en la cámara de video. Ha sido estupendo, alucinante, muchísima gente local paseando, es una estupa budista que se encuentra en lo alto de una colina rodeada de árboles, de estupas pequeñas, banderas de oración y monos, muchos monos. Mas atrás de la estupa hay un pequeño lago, donde los budistas arrojan monedas y piden deseos (como en nuestra cultura) y un pequeño templo budista, donde he podido observar como los niños, futuros monjes, con sus túnicas rojo sangre y camisa amarillo albero (colores de nuestra ciudad) jugaban con el balón, como cualquier niño en cualquier parte del mundo, se reían, se empujaban... y otros dentro del templo oraban y tocaban los instrumentos típicos nepalíes. Ha sido un momento subliminal, me recordó cuando en 2006 visite otro templo budista, llamado Kopan, también situado sobre una colina y la escena era prácticamente la misma.

He tenido que volver corriendo, ya que el camino hacia allí es largo y de noche no hay iluminación en las calles, he vuelto sin luz y a tientas, sin saber por donde pisaba, algo poco recomendable por aquí, ya que para los más sensibles no diré la palabra, pero los roedores en estado de descomposición, se encuentran por todos lados, al igual que el contraste que he vivido al cruzar el río y ver como las águilas, los cuervos y otros pájaros lo sobrevuelan buscando comida entre los deshechos, dentro del río había tal cantidad de basura que los cerdos estaban allí a sus anchas comiendo y retozando, no podría haber imaginado un contraste tan grande, entre la sublime colina desde donde se intuyen las montanas nevadas lejanas, y a ras del suelo, la precariedad de las viviendas, del agua, de la vida de la gente normal.

La vida cotidiana aquí es dura, para nosotros que venimos de visita, subimos una montaña y nos vamos, no es nada, no nos damos cuenta de lo que esta gente daría por tener la mitad de lo que nosotros dejamos en casa. Pero es una contradicción ya que el turismo en Nepal es masivo y los permisos para ascender montañas cada ano son más caros, no llegamos a entender por que año tras año la situación no mejora y cada vez somos más los que colaboramos para que el país avance.

En fin, estas divagaciones mías, me hacen olvidarme de lo que me espera en los próximos días, llegare al campo base el 16 o 17 de abril y a partir de ese dia tendré delante de mi tienda una sola imagen, la bella y a la vez peligrosa cascada del khumbu, cada noche se oyen los estruendos de los trozos de seracs que se rompen y caen, cada día se siente el temblor cuando alguna grieta se abre o alguna avalancha cae, esa es la belleza de la montaña y de los elementos, que hace que a pesar del riesgo, el reto de subir y de salvar estos obstáculos, sea tan intenso.

Nada más amigos, desde Namche Bazaar a 3.500 m. y ya dentro de las montañas del Himalaya, os mandaré mi proxima cronica.

Gracias a todos/as

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